correr


"JAJAJAJA no se quien te dijo eso, seguro te hicieron una joda, pero yo nunca dije q vos me parecías lindo y menos que te quería encontrar acá a esta hora y nada, no se, te hicieron una joda ¡¡¡yo no tengo nada que ver!!!”...caminaste, caminaste y empezaste a correr porque en la escuela te discriminaban, tenias cara de nabo, peleabas mal, jugabas mal al fútbol y evidentemente eras un boludo que caía en las peores jodas. Eras un pobre pibe. Corriendo te chocaste con otro parecido a vos. Te pregunto: "¿para donde corres?," y vos le dijiste..."no se... corro". Siguieron corriendo sin hablarse, cuando ya estaban aflojando porque no daban mas un hombre se les acerco y le dijo, "¿porque aflojan?", y ustedes le respondieron "porque el cuerpo no nos da, estamos cansados", y les repregunto "¿quieren seguir corriendo por horas?", a lo que la respuesta esta vez fue positiva y con mucho énfasis pero apurando las cosas porque ya no aguantaban y querían correr. El buen hombre les regalo dos caramelos, coloridos ambos... Luego de aceptar el buen gesto del hombre raro gritaste... “¡¡¡QUIERO CORRER POR HORAS!!!” “¡¡¡YO TAMBIÉN, ES MÁGICO!!!”, grito el otro perdedor. El hombre risueño y de dientes amarillos y comidos por el sarro les dijo... “cuando se cansen y necesiten correr más solo aplaudan dos veces q vendré corriendo”, y se fue. Corrieron de día y de noche, eran insuperables, habían cambiado la actitud. A la pelota de fútbol le clavaron una navaja y nadie de los que estaban jugando al fútbol se atrevió a decir ni "A", pasaron a ser "los matoncitos" del colegio. Vivían corriendo.Pero un triste día el señor de los dientes amarillos les dijo "disculpen muchachos pero no tengo más caramelos para convidar, ahora los tengo que vender, ustedes me entienden ¿no? jeje". Debieron correr en busca de algún dinero. En su camino se toparon con otros chicos y les dijeron "¿están cansados? tomen, corran como locos”, y les dieron caramelos que el hombre les había prestado. Pero les sugirieron “si quieren seguir corriendo hagan tres palmas y vendremos corriendo”. Dicho y hecho, los chicos los llamaron y ocho amigos mas también. Todos pedían el caramelo milagroso que te hacia correr y escaparte de lo que no querían enfrentar. La vida les volvió a sonreír. Tenían caramelos, fama y eran incuestionables.
Pero sinceramente, ya era agobiante correr tanto y no parar a caminar. Alguien o algo habrá escuchado su pedido de ayuda interno que un día el hombre les reclamo dinero y ellos lo golpearon. Pero lo golpearon, le dieron tal paliza que la sangre le corrió por el oído, así es, mataron al hombre .El culo se les lleno de preguntas, y qué preguntas. Corrieron, corrieron y decidieron dejar de correr... cada uno se iba a ir a su casa no se iban a ver mas... iban a dejar de vender caramelos, total la ciudad cada vez estaba mas curtida de caramelos... pero casa estaba lejos. Cerca estaba la policía y los amigos del hombre de dientes amarillos.
La decisión más razonable en ese momento fue esconder los caramelos en todo bolsillo que tenían y tan solo guardar bajo su lengua dos caramelos cada uno. “Solo para poder escapar, correr mas rápido ¿no?" dijo uno. Voto positivo hacia la decisión corrieron hora, hora y media y llegando a una esquina un policía caminando los frenos y notó q se habían engolosinado. Desesperados ante la reacción del policía ambos atacaron al mismo, pero sin la suerte de la vez anterior. Cuatro patrullas llegaron al rescate del policía, resultado: cuarenta y cinco caramelos cada uno, un hombre muerto y la ley golpeada. Tuvieron que dejar de correr y empezar a caminar porque las celdas eran de cuatro por cuatro.¿Y ahora papa? convenía seguir siendo rechazado.Total, si te hubieras recibido y llenado de guita un que otro gato ibas a tener. Pero bueno, ahora camina y corre de vez en cuando. Pero corre para el otro lado, no para el lado de los hombres de dientes amarillos y comidos por el sarro, porque vos sabes q hay muchos como él... ¿vos sabes de esto no?

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